80 años, un ojo de cristal y el portero más longevo de Suiza

Heinz Hofmann es el protagonista de esta historia de superación marcada por la pasión e ilusión hacia el balonmano.

En 1955 disputo su primer partido, cuando se jugaba al balonmano de manera muy diferente a lo que vemos en la actualidad, en campos de futbol y en la modalidad de once contra once.

Actualmente Hofmann, a sus 80 años, juega en el Zürichsee West, equipo de la cuarta división suiza, y afirma en una entrevista al medio suizo Blick: "Mientras necesiten un portero, continuaré en activo", así que no se plantea una retirada, y es que parece que para el Helvético no hay nada que pueda impedirle jugar al balonmano.  A lo largo de su extensa carrera deportiva ha superado numerosas lesiones, entre ellas la pérdida de visión en el ojo derecho al poco tiempo de iniciarse en el balonmano.

Para nuestro protagonista el jugar al balonmano es más que practicar un deporte, es una manera de entender la vida, "Sigo jugando porque así me mantengo en forma, pero sobre todo, por la alegría que me causa el balonmano"   dice el propio Heinz en unas declaraciones al diario Blick.

Para sus compañeros y para todo el que conozca su historia es un ejemplo de ilusión y sacrificio, que nos demuestra que el deporte no entiende de edades, géneros, capacidades físicas y mentales, y, que la pasión y la motivación son la clave superar y hacer aquello que uno se proponga.

Fuente: Blick am Abend