Cataluña, una fuente inagotable de entrenadores

Ya no queda ninguna duda de que Cataluña es una de las cunas del balonmano mundial. A tono con lo sucedido en las últimas citas en los últimos años, el balonmano español sigue marcando la pauta en el balonmano mundial: los Joan Cañellas, Aleix Gómez, Ferran Solé, Viran Morros, Adrià Figueras, Valero Rivera, etc; han conseguido marcar una época en el panorama mundial llevando a la selección española a ser bicampeona de Europa. A pesar de eso, no solo el talento catalán coloniza el balonmano dentro del 40x20, sino también en los banquillos.

Cataluña es una fábrica de entrenadores, son muchos los casos de entrenadores catalanes que dirigen equipos de nivel e incluso, algunas selecciones. Xavi Pascual (Barça), David Davis (Telekom Veszprém), Toni Gerona (seleccionador serbia masculina), Carlos Viver (Selección Española femenina), Jordi Ribera (Selección Española masculina), Xavi Sabaté (Wisla Plock) y entre muchos otros.

Lo cierto es que Cataluña, y más concretamente desde la Federación Catalana, invierte mucho en la formación de entrenadores con cursos y formaciones. Durante todo el año se informa de muchos cursos de entrenadores, que al final acaban recogiendo sus frutos. Aunque sí que es verdad, que lo que acaba convenciendo del entrenador catalán es lo que se ve dentro de la pista. Los entrenadores catalanes proponen un juego mucho más rico en la táctica y en el sistema, que en lo puramente físico. Un modelo, que surgió hace décadas, como respuesta a la tradicional inferioridad física de los jugadores españoles y a la escasez de grandes lanzadores exteriores. Los entrenadores tuvieron que innovar con un sistema basado en la pizarra. Es un hecho que el entrenador catalán está de moda, son capaces de mejorar siempre el rendimiento de sus plantillas. Siempre aportan un conjunto de riquezas tácticas, que acaban adquiriendo en los clubes catalanes que trabajan la base. A raíz de la crisis de la Liga Sacyr Asobal y del balonmano español en toda su globalidad, obligó a sus mejores hombres a emigrar a principios de esta década. Entonces, la semilla empezó a esparcirse (y a florecer) por el resto de Europa. De hecho, excepto Xavi Pascual-que ya hace 11 años que entrena el Barça- y los dos seleccionadores españoles, los otros han tenido que irse a equipos de la élite europea para poder progresar en sus carreras.

Los éxitos de los entrenadores catalanes se han visto plasmados en una época dorada para el balonmano español. Probablemente, sin su contribución España nunca habría llegado a estar en la cima del balonmano europeo. A la vista está.