Lo mejor y lo peor de la Copa
Analizamos los pros y contras de la recientemente finalizada Copa del Rey
Fotos (RFEBM)
Terminada la Copa del Rey 2021 nos disponemos a sacar un artículo sobre los mejores y los que quizás no lo fueron tanto aspectos que nos deparó ésta siempre bienvenida competición.
Partiendo de esto último, de que la Copa es en la mayoría de los casos un escenario apetecible, un fin de semana intenso y cargado de buen balonmano en consonancia con que se trata de una especie de premio al buen hacer de los ocho mejores equipos de la liga, no hay que pasar por alto las particularidades, atribuidas a esta realidad incierta en la que vivimos, con las que ha contado.
De cualquier forma, tras un análisis menos o más profundo, considero que ha sido todo un éxito; que independientemente de dichas peculiaridades, si ahondamos en la esencia de la cuestión, que se haya podido disputar el evento es ante todo el hecho más remarcable. Y si no parémonos a pensar en el comienzo de la temporada; las garantías no eran en ningún caso claras ni prometedoras.
Ahora bien, claro está que las condiciones con las que se ha llevado a cabo no son las que todos desearíamos: unas gradas casi vacías de aficionados, el cada vez menor pero siempre presente temor de que algo se tuerza y, por consiguiente, el progresivo debilitamiento del espectáculo, ese que, por otro lado, gracias a los voluntarios, medios de comunicación -los generales y los de los propios clubs-, así como el seguimiento por parte de las distintas páginas y entidades `balonmaneras´, ha sido en gran manera posible. Chapeau por todos ellos: con esfuerzo, ilusión y dedicación se ha demostrado que los retos pueden conseguirse. Este es el camino.
Con todo, ante un estudio pormenorizado y obligado de un acontecimiento tan significativo como es la Copa, la mejor estimación que podemos hacer de la misma se simplifica al mero hecho de haberla podido jugar; todos los demás factores interaccionan y parten de esta premisa.
Entrando ya en lo estrictamente deportivo, la otra probablemente mejor noticia se producía horas antes de comenzar los distintos choques en tanto que aparecían reales alternativas y equipos -Benidorm, Huesca, Puente Genil-, que en sus respectivos duelos -Bidasoa, Ademar, Granollers- podían desbancar a los que siempre en los últimos años -Barcelona aparte- han peleado en las zonas y objetivos altos de nuestro balonmano.
En un artículo objetivo como este y por tanto sin casarnos con ninguno de ellos, creo que es bueno para cualquier tipo de competición que existan otros candidatos que a su vez hagan más atractiva y emocionante la lucha por el título, el mismo que terminó por llevarse el máximo favorito a hacerlo, el FC Barcelona.
En esta línea que disponemos y, atendiendo a estos criterios que finalmente no acabaron por fraguarse, los irundarras, leoneses y vallesanos que antes mencionábamos si algo dejaron claro es que, en este tipo de competiciones cortas e intensas, se saben desempeñar con mucho criterio. Los "viejos roqueros" siguen muy vivos, y los fragantes "herederos al trono" tendrán que seguir esperando; qué decir que están en la senda correcta de conseguir lo que se propongan.
Por otro lado sin perder esta valoración, el que el Balonmano Logroño hiciera más terrenal de lo que acostumbra al conjunto blaugrana, también evidencia una positiva observación en esta halagüeña mayor igualdad entre los equipos que nos hemos decidido marcar con este escrito. Tiempo al tiempo y a buen seguro que todas estas escuadras, mediante las ganas y el trabajo bien hecho, seguirán teniendo mucho que decir en compromisos posteriores.
Si nos metemos un poco más en el devenir de los encuentros, la que seguramente destacó como la peor noticia acaecida en los propios partidos, no fue otra que la lesión de Leandro Semedo, el cual se rompió su tendón de Aquiles para así decir adiós a lo que resta de temporada. Un suceso aciago para los intereses de un Ademar de León que aún está inmerso en más de un compromiso. Desde aquí, como no puede ser de otra forma, le deseamos la mejor de las recuperaciones.
Para terminar con buen sabor de boca, hubo dos situaciones muy positivas, complementarias en varios cosos, como son la grata aparición -ya se venía proyectando- de los más jóvenes, por un lado, y las buenas actuaciones de los que son considerados -Chema Márquez, Natan Suárez, Jaime Fernández, Gonzalo Pérez de Arce, Marc Guardia, Agustín Casado, Miguel Sánchez Migallón, Jon Azkue, Kauldi Odriozola, Mario López, Javi García, etc.- el recambio más lógico de los Hispanos, por el otro lado.
A ellos hay que sumar de esta forma ese desparpajo tan lozano como motivante de los jugadores más nóveles, en muchos de los casos ya con bastante protagonismo dentro de sus equipos. Nos referimos entre otros a: Gorka Nieto, del Bidasoa; Sergio Pérez, del Bada Huesca; Eduardo Ortiz y David Cadarso, del Balonmano Logroño; Antonio Martínez Llamazares y Adrián Casqueiro, del Ademar de León, por ejemplo.
En definitiva, tres días que, a pesar de las desventajas provocadas por la pandemia, los amantes de este deporte hemos podido disfrutar con entusiasmo de unos encuentros que han contado con mucho nivel; BALONMANO en estado puro.