Manuel Dorrego, campeón argentino en ambas categorías

En el Oeste del Gran Buenos Aires, más precisamente en Morón, se escucha un aullido fuerte, penetrante. El Lobo se despertó y arrasó con el Torneo Clausura Metropolitano en ambas ramas. En un hecho con muy pocos precedentes en el balonmano argentino, Manuel Dorrego consiguió en el mismo día los títulos masculino y femenino de la liga más importante a nivel nacional.

Atrás de este gran logro hay una historia de sacrificio, pasión y mucho amor por el handball. Como relata en su propia web, la "Escuela de Handball Manuel Dorrego" nació allá por 1983 y comenzó a participar en la Federación Metropolitana de Balonmano en 1985. En su historia no faltan los nombres de grandes formadores de la disciplina: Fernando Capurro, Guillermo Milano (asistente de Manolo Cadenas en el seleccionado argentino), Gastón Arias y Rubén Busolín, entre otros. Todos ellos han aportado desde su lugar para darle una identidad al club que viste de amarillo y azul, una identidad ligada al buen juego y al sentido de pertenencia. Ya sea jugando un amistoso sin público en el Instituto San José de Morón o una final a cancha llena en el Gorki Grana, los dorreguenses no renuncian a las transiciones rápidas y tampoco evitan el choque físico.

Claro que la gloria le ha sido esquiva durante mucho tiempo: el 2018 será recordado como el año en el que los títulos comenzaron a llover en Morón. Primero fue el turno de las chicas conducidas tácticamente por el Negro Alejandro De La Quintana, quien dio continuidad a un proyecto que combina jugadoras de mucha experiencia con grandes valores jóvenes. En julio, Dorrego superó por 20-18 a Ferro Carril Oeste en Caballito para alzar por primera vez el trofeo del Apertura metropolitano. Atrás había quedado una derrota muy dolorosa en el Súper 7 (el torneo que nuclea a las mejores instituciones de Fe.Me.Bal). En marzo de este mismo año, el Lobo había dejado pasar una ventaja de tres goles a falta de un minuto y medio para terminar cediendo el tercer puesto a Mitre. Pero Dorrego aprendió de esa lección. Supo sufrir, llorar y madurar para dar paso a su mejor versión de la historia. Por eso, en septiembre volvió a coronarse: esta vez fue en el Nacional A de clubes, donde volvió a derrotar a Ferro (21-15).

Para terminar un año soñado, las chicas dorreguenses pudieron volver a festejar. El domingo fue en su casa, con su gente, pero contra el mismo rival: el Verdolaga. Cabe destacar que Ferro ha sabido reponerse de la partida de una de sus máximas artilleras, Florencia Ponce de León, quien partió al Liberbank Gijón. Las de Caballito no se han resignado y han peleado hasta el final en todas las competencias del año, demostrando una vez más su vigencia y personalidad. Por su parte, Dorrego afrontó el tramo final del campeonato sin su jugadora estrella: la joven Malena Cavo, quien rompe redes a pura desfachatez. La zurda tendrá destino inmediato de Selección Mayor si su lesión le permite sumarse al plantel dirigido por Eduardo Gallardo. A pesar de esta ausencia, ambos equipos cumplieron con los pronósticos y protagonizaron un verdadero partidazo. Victoria Crivelli desplegaba su magia desde el central de la visita, mientras Noelia Sala respondía una y otra vez para el local. Gracias a la efectividad de Luciana Salvadó y Catalina Burgos (cinco goles cada una), Ferro entró a los últimos diez minutos del encuentro con una desventaja de solamente dos goles en el marcador. Sin embargo, la aparición clave de la portera Anabela Rossi y de la pivote Daniela Vaucher terminaron minando las posibilidades del Verde, que cayó por 28-21. Tagliavini, Zabaleta, Vázquez, Maydana, Castelli... Apellidos que quedarán en la historia del club de Morón en un año inolvidable.

Pero la fiesta aún no estaba completa. Unos minutos después del festejo de las chicas, la Liga de Honor Caballeros de Dorrego salía a la cancha con el objetivo de obtener su primer título en Fe.Me.Bal. Enfrente esperaba un Ferro que estaba lejos del gran rendimiento que lo llevó a coronarse en la primera mitad del año. El gran paso hacia el trofeo se había dado el pasado fin de semana, con la agónica victoria del Lobo ante la poderosa Universidad de Luján. UNLu ha sido el gran dominador de la escena en los últimos años, en parte gracias a la tremenda actuación de sus Gladiadores, como Federico Pizarro, los hermanos Fernández y Juan Bar. Sin embargo, Dorrego aprovechó un partidazo de Francisco Arrom y Francisco Bellia para llegar al final del encuentro con la posibilidad de tener la última pelota. Y ahí fue Bellia el que se animó a la excursión individual para vencer a Bar y terminar sumido en llanto tras escuchar la chicharra final que marcaba la victoria.

El encuentro ante Ferro fue menos dramático: Dorrego salió decidido y corrió durante los 60 minutos, sacando provecho de las dificultades del visitante para anotar. El resultado final fue 35-22 y habilitó el grito de desahogo de toda una institución que soñó durante mucho tiempo con este presente y trabajó hasta conseguirlo. Frente a las cámaras de DeporTV, el canal estatal de deportes de la Argentina, Maximiliano Ferro (ex integrante de la Selección Argentina y uno de los mejores extremos de la Liga, sin dudas) afirmó: "Dentro de nuestro amateurismo, nos propusimos ser lo más profesionales posible". La frase resonó en todo el handball argentino, que aún está muy lejos de la profesionalización o de la liga nacional, pero que sigue creciendo en base al esfuerzo de clubes como Dorrego, Ferro, UNLu y tantos otros que se sacrifican día a día para intentar ser mejores que ayer.