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Equipos Dominadores: RK Vardar, volcán en erupción (2016-2019)

Parrondo: Pensar que eran los últimos partidos de un equipo que era poderoso nos ayudó a unirnos. Fue el año más duro de mi vida deportiva.

 

Por: Ibai Penella | 22/12/2020 a las 21:01
Vardar

El conjunto macedonio ascendió al Olimpo, tras ello entró en caída libre, y cuando parecía que todo se desmoronaba, volvió a tocar el cielo.

Natural de Skopje, este club tuvo su fundación hace más de 60 años, en 1961. Con el RK Vardar, Macedonia tenía en su haber a un punta de lanza del balonmano europeo, y esto en un país habitado por poco más de dos millones de habitantes es considerado sagrado. En Macedonia, lanzar improperios contra el equipo y sus estrellas nacionales debe ser considerado blasfemia.

saeid

Si hoy desde tu casa, cogieras un vuelo que te llevara directamente a Skopje, seguramente apreciarías como niños y no tan niños, deambulan por la calle, absortos en ese pensamiento. En como su equipo, el equipo de todos los macedonios logró campeonar europa el pasado año, tras hacerlo por primera vez hace tres. Dolidos por la naturaleza autodestructiva de su club.

 

Muchos nombres constituyen la historia reciente del conjunto balcánico, entre los actores principales, nos encontramos a dos españoles y un ruso. Sergei Samsonenko encarna la figura del ruso (Presidente y principar inversor) y los protagonistas restantes tienen como nombre Raúl González y Roberto García Parrondo (Respectivos técnicos en las dos grandes gestas del club).

 

parrondo

Con este último, Roberto García Parrondo hemos hablado, aquel que cogió los restos de un gigante que se caía, lo llevó hasta su idílio, hasta su último baile, por lo menos por ahora.

Roberto, las competiciones se han atrasado y aún eres el vigente técnico campeón de Europa ¿Te queda muy atrás la estancia en Skopje?

Sí, la verdad es que sí, hago la broma de que soy el entrenador que más tiempo ha sido campeón de Europa, como no se ha jugado -ríe- nos ha durado el título. Pero sí, en el momento en el que acaba una temporada y empieza otra, te queda lejos.

¿Cómo son Macedonia y Skopje?

Macedonia es un país que vive por y para el deporte, en particular para el balonmano. Es el deporte nacional, porque ha tenido los mayores triunfos para su país. Y yo suelo decir, ser un deportista, ser un entrenador de balonmano en Skopje, pues sólo puedes decir cosas buenas. Skopje es una ciudad para el balonmano. Cuando Vardar funciona es uno de los mejores clubes del mundo para jugar a balonmano o para poder entrenar.

¿Una vez llegaste al Vardar, que contexto deportivo y social te encontraste?

Cuando Raúl Gonzalez cogió a la selección macedonia me llamó para ser su segundo y me dio la oportunidad, lo compaginaba con jugar. La temporada siguiente después de empezar con la selección me surgió la oportunidad. Decidí retirarme y coger el equipo femenino. Fue una temporada que me sirvió de mucho para conocer el club, para conocer la ciudad...

La llegada al equipo masculino fue un poco sorpresa incluido para mí. Me generó muchísima ilusión, personalmente estaba muy feliz, deseando empezar. Y deportivamente pues con muchos problemas. El club venía atravesando unos problemas financieros que hacían que no fuera muy estable la plantilla. De la plantilla del año anterior a la que cogí yo tuvimos cinco o seis bajas muy importantes y los que conseguimos traer a priori no tenían el nombre de jugadores tan buenos o tan decisivos como los que se marcharon.

La situación en la plantilla no era la ideal, en el club no era lo más bonito pero, aunque no teníamos ese reconocimiento de favoritos trabajando podíamos competir y hacer grandes cosas.

Primera temporada al cargo de un banquillo masculino y campeón de Europa. ¿Qué supuso eso para ti?

Pues imagínate, imagínate... Desde el primer momento sabíamos que teníamos que entrenar y entrenar, para poder hacer bien las cosas, que teníamos buen equipo, pero nunca pensamos en ser campeones de la Champions, ese objetivo quedaba muy lejano. Nos centramos en trabajar semana a semana, jugar los partidos. Como te he dicho la temporada fue muy complicada, nos faltaban jugadores. Un jugador que iba a venir al final no pudo ser fichado, no teníamos defensores centrales. Gleb Kalarash que a la postre sería un defensor muy importante llegó un mes avanzada la temporada, al igual que el segundo portero. Así que expectativas teníamos respecto a trabajar y poco a poco fueron creciendo, el objetivo era ir pasando eliminatorias. Las expectativas crecieron cuando en octavos eliminamos al Zagreb, en cuartos teníamos delante al Pick Szeged y sabíamos que si ganábamos nos metíamos en la Final 4.

Una semana antes de jugar los cuartos de final, el club nos dijo que cerraba. Eso fue un choque para todos días antes de jugar la eliminatoria. Pero las ganas de jugar, que no nos dieran por favoritos, pensar que eran los últimos partidos juntos de un equipo que era poderoso nos ayudó para unirnos, centrarnos,y no darnos por vencidos. 

El club atravesaba una situación terrible y trabajasteis de manera altruista mientras se producían impagos. ¿Hubo que convencer a alguien para que se involucrase en un proyecto que se desmoronaba? ¿Cuál fue tu papel cómo entrenador y gestor de la plantilla?

Sí, fue muy duro, yo reconozco que vivimos situaciones muy muy complicadas. Tú llegas a un acuerdo, es tu trabajo y esperas recibir tu salario. Y cuando no lo haces uno o dos meses no hay problema, cuando sucede con jugadores que lo acarrean desde el año anterior...Hubo muchísimos problemas. Yo tuve jugadores que se negaron a jugar partidos, sólo querían hacer gimnasio, incuso partidos de Champions tuve algún conflicto con algún jugador que no quería jugar. Pero es entendible, había jugadores a los que igual le debían diez o doce mensualidades. Lo mejor por el bien del equipo era aceptar los malos momentos. Tragarse varias cosas que en circunstancias normales no te tragarías,saber que es entendible que todos tengamos un momento en el que estallemos y quitar varias normas preestablecidas de cómo se debe actuar y pensar el bien del equipo. El bien del equipo suponía en partidos faciles dar a los jugadores más libertad, dar rienda suelta, no ser tan serios.

No podíamos estar siete días a la semana al 100%. Eso se puede exigir cuando el club está cumpliendo. El problema es que si tienes dieciocho jugadores y cada uno tiene un día malo al mes al final el que se iba casa con dieciocho cabreos era yo. Fue el año más duro de mi vida deportiva. Hicimos de tripas corazón, y una vez nos clasificamos a la Final 4 nos centramos y estuvimos trabajando y trabajando.

¿Cómo afrontasteis la Final 4?

Estuvimos dos semanas trabajando para el partido de Barcelona, con acciones muy concretas para hacer frente a Veszprem o Kielce. Se trabajó casi exclusivamente para enfrentarnos al Barça.

Ganasteis al Barcelona remontando. Y os medisteis al Veszprem en la final ¿Cómo fue aquello?

Habíamos jugado dos veces contra ellos. Teníamos bastante información y más o menos el partido estaba muy preparado. Diez meses malos se convirtieron en sesenta minutos. Los jugadores jugaron los dos partidos dándolo todo y dijeron que pasara lo que pasara, iban a morir en la pista.

Y el equipo que menos papeletas tenía acabó ganando la Champions.

Son momentos muy bonitos en los que todo lo malo se olvida y es lo bueno que tiene el deporte, esos momentos te recompensan. Abrazos, felicitaciones, dar las gracias a todos...

Y ésta como todas las historias tiene un final ¿Cómo sucedió tu desvinculación con el Vardar?

Como te he dicho, en el partido de cuartos, contra Szeged, nos dieron la noticia de que el club iba a cerrar. Les dije a los jugadores que tras el partido frente al Szeged les iba a dar cuatro días libres para que buscaran equipo, y conmigo, lo mismo. Entré en contacto con Egipto, vine antes de la Final 4 , y me decidí. Fue difícil decidir, sobre todo después de ganar. Todo hacía que me quedara, pero echar la vista atrás y recordar la temporada tan dura que pasamos te hacía darte cuenta de que era el momento de dar un paso atrás y de no estropear lo conseguido. Y el miedo a volver a esa situación ayudó a decidir.

¿Como quedará en la memoria colectiva del aficionado?

Pues creo que tiene que quedarse como uno de los años más bonitos del balonmano macedonio, lo conseguido demuestra quel equipo consiguió ser top en Europa, sin duda alguna. Ahora esa situación ha cambiado fruto de los problemas económicos y quizás es ahora cuanto te das cuenta de lo logrado.

Pues ha sido un placer Roberto, muchísimas gracias por atendernos.