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Joan Cañellas: “En un futuro me gustaría volver a Granollers, pero se tienen que producir unas situaciones y condiciones mínimas”

El central catalán nos habla sobre su trayectoria, su futuro como jugador y su posibilidades tras la retirada

Por: Pablo García | 24/10/2020 a las 18:01
Portada Canellas

500 goles en Champions League, una cifra que muy pocos jugadores alcanzan. Uno de los escasos afortunados en lograr esos números es Joan Cañellas. Con motivo de este hecho histórico en su carrera, el jugador catalán cuenta a Handball 100x100 como ha sido su camino a lo largo de tantas temporadas y goles. Además, trata otras cuestiones como su futuro.

¿Qué se siente al alcanzar una cifra tan espectacular como los 500 goles en Champions?

Si te digo la verdad no tenía ni idea, nadie me ha dicho nunca los goles que he metido. Un día vi que a un jugador se lo pusieron y tuve curiosidad por saber mis números. Entonces me metí en la web de la EHF y comprobé temporada tras temporada todos los goles y salió el resultado, creo recordar que esto fue el año pasado. Me pareció que aún estaba lejos de los 500 y dejé ahí los datos apuntados a modo de curiosidad. A la vuelta de Kielce vi que curiosamente era la cifra redonda, 500 justos, si hubiera metido uno menos me hubiera quedado a 499 (risas). Me resultó curioso, en el momento no era consciente, así que estoy contento. Hay jugadores que han llegado a esta cifra e incluso superado los 1000, pero a nivel personal es un orgullo.

 

 

¿Recuerda cómo fue el primero?

Fue cuando estaba en el Barcelona, pero no recuerdo el rival. Era una defensa abierta, busqué el 1 contra 1 y me frenaron, me revolví tiré y marqué. En ese momento estuve muy contento, tampoco era un gol importante evidentemente porque a esas edades yo no estaría en cancha si lo fuera. Pero fue importante igual que mi primer gol con Granollers en Asobal. No es un gol que tenga muy en mente, han pasado muchos años y ha habido otros más importantes que les tengo más cariño. Por ejemplo, sí recuerdo bastante uno de los primeros, en los cuartos de final contra el Magdeburgo en el Palau Blaugrana. Ese lo recuerdo porque era en cuartos de la Champions contra un equipo potente alemán.

 

De los 500 goles, ¿Cuál es el que recuerda o valora más?

Recuerdo muchos, pero si te digo la verdad igual uno de los que más recuerdo especialmente fue con el Atlético de Madrid. Faltaba muy poco para terminar el partido en semifinales contra Copenhague, ganábamos de uno y fue como la estocada. Ellos se estaban acercando en el marcador, estaba todo apretado y al final del partido estábamos sin ideas y metí ese gol. Lo celebré consciente de que significaba ganar el partido porque faltaba medio minuto. Yo creo que es el que más recuerdo por el escenario, el equipo en el que estaba, mi peso en él y por el rival. Los dos goles de la final de la Champions de 2017 también los recuerdo mucho porque fueron importantes para el equipo.

 

“Ojalá hubiera podido estar 10 años más en el Atlético y no salir de España”

 

A lo largo de su trayectoria ha formado parte de grandes equipos, ¿Cuál ha sido la etapa que más disfrutó o que recuerda por encima de otras?

Cada etapa tiene su momento y hay cosas muy positivas. La etapa de Barcelona en lo personal fue muy dura. Siempre había jugado muchos minutos y destacado en los equipos y allí de repente sentí como si no supiera jugar.

El año en Granollers lo recuerdo especialmente, fue pasar de sentirme que no valía a comerme el mundo, salir todo muy bien y empezar con la selección absoluta. Fue impresionante, porque cuando estas empezando y superas las expectativas y hablan todos de ti es más agradable que tener que mantenerte. Cuando empiezas siempre lo recuerdas con mucho cariño.

La etapa en Ciudad Real también fue muy bonita, pero llegue a un equipo que ya había ganado todo y sus aficionados tenían sus propios ídolos. En el Atlético era empezar en un club nuevo, los aficionados no tenían un referente y me sentí más protagonista y querido. El vivir en Madrid también hace que lo recuerde con más cariño. De hecho, diría que supera a la del Granollers y ojalá hubiera podido estar 10 años más en el Atlético y no salir de España. En ocasiones incluso sueño con ello.

Fuera de España los primeros años fueron los más ilusionantes. El haber formado parte de un club como el Kiel hace que todos te respeten más y la forma de vivir el balonmano allí no tiene comparación. La gente está siempre con el equipo y es muy pasional. La etapa fue muy dura en lo deportivo, porque la exigencia es bestial, pero ha tenido muchas cosas bonitas.

¿Cuál ha sido el portero al que más le ha costado marcarle un gol?

Casi siempre he tenido los mejores en casa. Pero creo que para mí y muchos de mi generación con el que más se te “encogía el brazo” era Arpad Sterbik. Creo que para la mayoría ha superado a Omeyer, porque veías que la gente le tiraba diferente, tenía miedo y sabía que si no la metía en la esquina no entraba. De los que he tenido en contra te diría Saric. Hubo una etapa que jugábamos Barsa-Ciudad Real constantemente y en muchos de ellos, sobre todo en la final de Champions, fue determinante. Esa final me dejó un poco jodido y tocado. Siempre que vienes de jugar un partido y te ha parado mucho, en los siguientes vas con mucho respeto y la verdad es que muchas veces no te ayuda.

 

En la temporada 2016-2017 ganó al fin la Champions, ¿Cómo se sintió al lograrla?

Es el título por excelencia, no hay otro igual. Si acaso la olimpiada, aunque es diferente y no puedo compararlo porque todavía no la he ganado. La Champions es un título que se juega cada temporada, las olimpiadas son muy difíciles porque puedes jugar 3-4 máximo en tu carrera. En mi caso habiendo jugado muchas Finals 4 e incluso finales nunca la había ganado. Llega un punto en el que cuando la tienes tan cerca y nunca la has ganado pues que la das por perdida.

Era duro, en muchos sitios donde he jugado el año antes de llegar la habían ganado y llegaba y era como llegar un año tarde. En Barcelona, Ciudad Real y Hamburgo pasó. Entonces el momento de ganarla y la forma, que fue en el último segundo tanto en la semifinal como en la final, hizo que fueran muchas emociones durante un año que interiormente fue muy duro en Vardar. Por motivos extradeportivos y la presión que teníamos los jugadores, o yo por lo menos si la tenía.  El ganarla fue una liberación, yo creo que nunca he ganado nada con ese nivel de emoción. A nivel personal, puedo decir que finalmente ganarla me liberó mucho, pensé que nunca la iba a ganar.

Si tuviera delante al joven Joan Cañellas que empezaba en Santa María de Palau Tordera ¿Cómo le resumiría su futuro en pocas palabras?

Es difícil esa pregunta, nunca me la habían hecho. Diría que, en cierto modo inesperado. Creo que esa sería la palabra, porque nunca hubiese pensado que hubiese tenido tanto recorrido y haber estado en tantos clubes. Si me hubiesen dicho al inicio que habría jugado en Alemania, Macedonia y Hungría no se me hubiese pasado por la cabeza, y más estos dos últimos que no tenían el potencial de Asobal. En ese momento yo y la mayoría de los jugadores de mi edad no hubiésemos salido. A mí me ha tocado hacerlo muchas veces y jugar con varios clubes en mi trayectoria, no estando más de 3 años en ningún sitio fuera. Entonces cada año hay que intentar ver lo positivo, pero evidentemente es duro.

La verdad que no siento que tenga un equipo de mi vida, porque la trayectoria que he tenido desgraciadamente no me lo ha permitido. Así que todo un poco inesperado, bonito pero inesperado y muchos momentos duros. La gente ve las cosas bonitas y la recompensa, que por suerte he tenido muchas, pero por el camino hay cosas duras.

 

Igual en este año las condiciones que me puedan ofrecer en España o en Granollers no son las condiciones óptimas para mí en este momento de mi carrera, pero igual sí lo serán en un par de años”

 

En febrero renovó con el Pick Szeged hasta 2021, siendo el club del extranjero en el que más tiempo ha estado. Dada la situación de inestabilidad provocada por el Covid, ¿Está pensando ya en su futuro? ¿Se plantea más adelante una vuelta al Granollers o a España?

Cada vez hay menos ligas, quitando la alemana y la francesa, estables. Y menos clubes serios que paguen sin problema, con una buena estructura y demás. Entonces cuando tienes una edad, con tu familia detrás, buscas estabilidad.

El Pick Szged es el primer club con el que he renovado y ojalá hubiera firmado más años. La verdad que por edad los clubes prefieren firmar pocos años, pero si hubiera firmado más estaría más tranquilo. Ahora mismo hay que ir demostrando cada partido que sigo siendo válido. Esa es la desgracia de hacerse mayor, que todo lo anterior no cuente y que cada uno (los clubs y los managers) busca el resultado al momento.  Si tuviera 24 años igual no le hubiera importado firmar más años, con mi edad van con más precaución.

Sin duda hay que mirar al futuro, el Covid no va a ayudar a los clubes a mejorar económicamente. En España tampoco por su puesto, porque cuando parece que no pueden ir a peor las cosas siempre pasa algo. Ahora que parecía que los clubes, dentro de la mala situación económica, tenían cierta estabilidad la mayoría la han perdido.

Es difícil pensar en volver a España, sin duda cuando estamos fuera queremos volver. Pero también teniendo unas familias necesitamos unos ingresos, con lo cual creo que aún no es el momento. En un futuro me gustaría volver a Granollers, pero se tienen que producir unas situaciones y condiciones mínimas. Mi representante también dijo una frase muy inteligente, que igual en este año las condiciones que me puedan ofrecer en España o en Granollers no son las condiciones óptimas para mí en este momento de mi carrera, pero igual sí lo serán en un par de años. Por ahora veo un punto difícil volver, pero en unos años yo creo que sí, pero veremos. Hay que ir año a año, estamos muy bien aquí, la estabilidad del club y todo es muy bueno y eso es importante teniendo esta situación.

 

En un futuro, ¿Se ve de entrenador o vinculado al mundo del balonmano como han hecho algunos de sus excompañeros (Alberto Entrerríos, David Davis, Roberto García Parrondo, Chema Rodríguez…)?

Hay una cosa cierta y es que llevo muchos años en el mundo del balonmano, además siempre al máximo nivel, y al final eso te da una visión. Al haber ido a tantos sitios top he tenido entrenadores muy buenos y he podido aprender. No se me escapa la idea y mucha gente me lo ha dicho. Si es cierto que hay un punto que no me gusta nada de ser entrenador que es el seguir con esta vida que llevo. Esa incertidumbre que rodea siempre al deportista y más cuando es entrenador que a pesar de tener contrato pues igual te tienes que ir. Entonces estoy muy cansado de dar vueltas por el mundo y más desde que tengo familia. Para mí es muy importante el hecho de que estén bien, los colegios o estar cerca de la familia y esas cosas siendo entrenador deberían ser importantes.

Todos los excompañeros que has dicho y la anterior generación de jugadores que ahora son entrenadores han jugado en España, y ahora que se van sus hijos son mayores y se nota los primeros o pocos años de experiencia fuera. En mí caso es lo contrario, muchas experiencias fuera y quema el no estar en casa, tener que coger aviones para ir de un lado a otro y que mis hijas tengan que aprender un idioma distinto cada cierto tiempo.

Evidentemente, pienso que la opción fácil puede ser entrenar y me gustaría porque creo que podría aportar mucha experiencia. Se lo que quiero y lo que me gusta de los entrenadores y creo que puedo llegar a ser un buen entrenador. Pero hay cosas que me echan bastante para atrás, por lo menos de inicio. Igual si estuviera 3-4 años en España luego ya lo vería diferente, pero no volver a esta vida tan sacrificada para mí, mi familia y mi mujer, que debe tener un trabajo que para eso tiene su gran currículum. Ya iremos viendo, sí creo que es importante sacarme el título de entrenador que por las cosas que se están dando se está posponiendo.