El balonmano y la conquista del Oeste
Los 40x20 intentan abrirse paso en Estados Unidos, donde siempre se ha apoyado al deporte
Estados Unidos, una nación conocida popularmente como “la tierra de las oportunidades”, ese lugar donde pueden coincidir en armonía varios deportes sin producirse una diferencia sideral en el seguimiento de ellos. Es tal la relevancia que se le otorga al deporte, que se proporcionan becas de estudios a los mejores en estas disciplinas. Pues bien, el balonmano está intentando entrar en esos niveles de popularidad. Actualmente, el deporte del 40x20 comienza a “construirse” un nombre entre la sociedad norteamericana, aunque aún se encuentra estableciendo los “cimientos”. Uno de los muchos “arquitectos” que están encargados actualmente de su “construcción” es Julian Orr. El nativo de Ohio actualmente es el entrenador asistente de los equipos de balonmano de las selecciones nacionales juvenil y senior masculino, director de equipo en la mayoría de los viajes que realiza el combinado nacional, miembro de la junta directiva del equipo y Director General de Membresía en la Junta Directiva del Equipo.
Pero su vinculación al mundo del balonmano no se limita a esto, más allá de los límites de la selección es el fundador y entrenador del Team Handball Club en la Universidad Estatal de Ohio y el CEO de la Asociación de Balonmano de los Grandes Lagos. Dentro de la cancha, Julian es el portero del Columbus Armada Handball Club. Por lo tanto, se puede afirmar sin la más mínima duda que la vida de Julian Orr está ligada al balonmano poseyendo un gran conocimiento de cómo se trabaja desde el corazón de la nación norteamericana.
Para la captación de masa social al balonmano, actualmente emplean una herramienta muy utilizada, las redes sociales, las cuales son empleadas con la finalidad de “atraer a los atletas y luego recopilar su información para su seguimiento una vez que podamos volver a la normalidad. Tenemos una gran cantidad de atletas y tuvo un gran éxito en aplicaciones como TikTok e Instagram”. Otro elemento fundamental de captación es la televisión, la cual tuvo su aportación el pasado mundial ya que varios encuentros fueron transmitidos por “ESPN +, una fuente importante de transmisión de deportes en los EE. UU”. Para Julian, situaciones como la nombrada anteriormente provocan un “interés en nuestro deporte, pero necesitamos dar a los espectadores la oportunidad de practicarlo”. Los clubes son otros de los que buscan dar visibilidad al deporte como con “la celebración de eventos gratuitos para que el público venga a probar el deporte”, ya que según el de Ohio la mayoría de la población “aún no tiene conocimiento de que el balonmano es un verdadero deporte”.
Foto: Julian Orr
Respecto a las ayudas educativas, la situación por el momento no es tan prometedora o fructífera como en otros deportes, ya que “en la actualidad, solo hay unos 15 programas universitarios para hombres y 4 para mujeres”. Para Julian Orr con estos programas para todo el territorio nacional “hay muy poco dinero para financiar becas para estudiantes actuales o futuros”. Uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta el balonmano es que “no es un deporte reconocido en los EE. UU. y es un largo camino convertirse en uno”.
Los requisitos son de una gran dificultad, ya que para que la NCAA, que es la institución encargada de la organización deportiva universitaria en el país, acepte el balonmano como un deporte se necesitaría “un mínimo de 40 equipos femeninos, solo para estar en la lista de observación, lo que significa que no hay garantía de que será reconocido a partir de ahí”.
Pese a ello si existen “algunas pequeñas becas para ayudar creadas por personas dedicadas”. Pero el de Ohio afirma que “los universitarios necesitan un incentivo para hacer algo, y si hay una beca para comenzar un club de balonmano, apuesto a que los estudiantes universitarios se aprovecharán”.
Pero la gran pregunta es: ¿Cómo es la competición doméstica en Estados Unidos? Ante esta cuestión se puede observar cómo actualmente no hay una liga nacional que englobe todo el territorio. Estas ligas pequeñas cuentan con “entre 4 y 13 equipos” siendo de un total de alrededor de “10 partidos específicos de liga”. Sin embargo, si se desarrollan “torneos a nivel nacional que se llevan a cabo al menos una vez al mes”. Pero una de las grandes dificultades es que los clubes “están a varias horas de distancia entre sí, lo que hace que la competición sea difícil de coordinar con financiación limitada o nula”.
Foto: Julian Orr
Los equipos que forman estos torneos son “una mezcla de adultos y clubes universitarios, ya que no hay una liga específica para universidades”. A esto hay que sumarle que no existe ningún tipo de premio para el vencedor más allá del “del orgullo y el honor”.Julian asegura que la calidad se presenta desde “equipos con jugadores que nunca han visto el deporte antes, hasta otros con muchos ex jugadores europeos”, por lo que no duda en afirmar que “sigue siendo recreativo y como resultado la calidad es bastante baja”.
Respecto a la posibilidad de una futura profesionalización del deporte se muestra optimista, “todo es posible, pero en este caso requerirá una gran cantidad de dinero y algunas personas verdaderamente dedicadas”. Aunque también destaca el gran protagonismo de otras disciplinas dificultando así la entrada del balonmano, “los deportes son competitivos aquí en los EE. UU. y están dominados por el fútbol, el baloncesto, el béisbol, e incluso hockey. Esto dificulta la entrada de un nuevo deporte en el mercado”. Sin embargo, para él su país es “único” y presenta un ejemplo de otras disciplinas que han conseguido tener su propio espacio televisivo, “algo como el cornhole ha podido volverse profesional y ofrecer un gran tiempo de televisión”.
Pero el balonmano no está dando realmente sus primeros pasos en estos años, ya en el siglo pasado tuvo un cierto protagonismo en competiciones internacionales, por lo que surge de nuevo una pregunta: ¿Por qué en estos tiempos es más posible “arraigar” el balonmano entre la sociedad norteamericana? Respecto a esto Julian Orr destaca que algunos nuevos factores están siendo indispensables para una mayor difusión del balonmano. Elementos como las redes sociales, las retransmisiones televisivas o los streamings y otros factores han sido esenciales para poder dar “más bombo” al balonmano.
Foto: Julia Orr
La situación competitiva explicada antes desemboca en que actualmente la gran mayoría de los jugadores que forman parte de la selección o quieran crecer tengan que emigrar. Todos aquellos que desean desarrollar sus cualidades aún más se ven obligados a irse a Europa, donde pueden tener una formación mayor de la que podrían tener en su país. Gary Hines, Abou Fofana, Andrew Donlin, Jennifer Fithian, Kathy Darling o Julia Taylor son solo algunos de los nombres de jugadores y jugadoras que en algún momento han puesto rumbo a Europa. Alex Chan es la última incorporación de esta selección y la más cercana a nuestro país. El gallego, tras realizar los consecuentes trámites, forma parte de los “soldados americanos”.
Su gran debut iba a ser en el pasado mundial disputado en Egipto, en el cual finalmente no pudieron participar perdiendo una gran posibilidad. “Para el balonmano en Estados Unidos hubiera sido un salto bastante grande que ESPN, que siempre retransmite deporte de élite, apostase por retransmitirlo”. El central también destaca que hubiera ayudado a su objetivo de “que se vea el deporte del balonmano, el cual cada vez es más conocido, pero aun así sigue siendo un gran desconocido”. Alex Chan también aclara que “es difícil saber cuanto habría tenido de repercusión pero que sería grande segurísimo”
Pese a que el balonmano es un deporte que está en crecimiento, el jugador del Cisne cree que es “complicado” que su disciplina alcance el nivel nacional que tienen otros deportes como el futbol americano o el baloncesto. Para que esto sea posible afirma que “hay que seguir dándole continuidad al balonmano en Estados Unidos y eso pasa porque también las generaciones más jóvenes jueguen. Que haya mucho volumen de gente para que se pueda competir o por lo menos que tengan esa visibilidad de que sea un deporte americano. Entonces queda muchísimo trabajo por hacer”. Pese a esto también considera que están “en la senda correcta pero que también vamos a tardar muchísimos años”.
Foto: Julian Orr
El internacional norteamericano cree que se debe “invertir en muchos niveles” aunque entre todos resalta “visibilidad y entrenadores para que haya niños que se puedan formar correctamente en el país”. El central destaca sobre todo esta última situación ya que cree que es muy importante, “actualmente casi todos lo que formamos parte del equipo de estados unidos nos hemos formado fuera, eso tiene bastante que ver ya que jugadores que se hayan formado en Estados Unidos única y exclusivamente hay pocos, entonces eso también es limitar el mercado”. El jugador sintetiza la situación afirmando que “hace falta una infraestructura muy grande para que eso se pueda dar, pero bueno si se tuviese la infraestructura yo creo que se podría ser una gran potencia mundial sobre todo por el volumen de gente que conseguiría jugar”.
Chan asegura que la visibilidad de su deporte se ha podido llegar a “quintuplicar” en los últimos años y afirma que “hay gente que ya sabe, conoce y quiere jugar a balonmano, entonces si es posible que en el futuro veamos más jugadores jugando en Europa”. Siendo esta marcha una buena solución para el crecimiento de su balonmano ante la falta de una liga profesional, la cual cree que “es posible que con el tiempo se haga”. Pero hasta que llegue ese momento el número de jugadores que abandonen el país en busca de una oportunidad será mayor, “de momento no hay una estructura bien formada en cuanto a una liga profesional y en Europa si, con lo cual ya es más fácil que ciertos jugadores de cierto nivel puedan buscar la posibilidad de ir a un equipo de Europa y formarse mejor”
En ocasiones la historia es caprichosa e irónica. Y es que, si en el siglo XIX eran muchas las personas que emigraban desde países como Irlanda, Italia, España o Alemania rumbo al “país de las oportunidades” con la ilusión de tener una vida mejor, en cierto punto la historia se repite. Sin embargo, en esta ocasión son los norteamericanos los que se ven obligados a abandonar su adorada patria para poder crecer en el mundo del balonmano. Los avances del deporte del 40x20 en su país cada vez son mayores y quien sabe, quizás en no muchos años Estados Unidos se convierta en una gran potencia y luche por dominar otro deporte más. Desde luego algo que es indudable es que la conquista del “salvaje oeste” sería una bomba de oxígeno para el mundo del balonmano y un posible estado de ebullición que permita crecer a un más este deporte.