Karol Bielecki, del infierno al cielo

Imagina que, de un día para otro, pierdes la visión en un ojo. Tu vida entera cambia, lo más simple, como coger la taza del desayuno ya no es lo mismo. Es todo nuevo, tienes que volver a empezar, medir distancias, y acostumbrarte a vivir con un solo ojo. El ojo que ayer tenías ha dejado de funcionar. Eso fue lo que le pasó a Karol Bielecki, lateral derecho polaco, pero no fue de un día para otro, fue en apenas unos segundos. De jugar con dos ojos a balonmano, a hacerlo con uno y terminar reinando en europa.

Karol Bielecki fue un lateral derecho polaco, mito en su país, que desarrolló su carrera deportiva en Alemania (SC Magdeburg y Rhein-Neckar Lowen) y Polonia (Łomża Vive Kielce). Jugador alto, de 2,02, fue un referente en ataque en todos sus equipos y en su selección. Durante su trayectoria consiguió una EHF Cup con el SC Magdeburgo y 7 Ligas y 9 Copas polacas con el Kielce. Con su selección también rindió a un buen nivel, formando parte de una de las mejores camadas de jugadores polacos de la historia, consiguiendo la plata en el Mundial de 2007 y el bronce en el 2009 y 2015. 

Todo parecía idílico, pero en 2010 sucedió la catástrofe. En un partido amistoso entre Polonia y Croacia, Bielecki chocó contra un defensor croata que le clavó el dedo en su ojo izquierdo. Ambulancia, hospital y operación de urgencia para tratar de salvarlo. No fue posible, el ojo izquierdo no se pudo recuperar y Bielecki perdió parte de la vista. Esto que podría parecer la anticipada retirada del astro polaco no lo fue. Bielecki jugó 45 días después del accidente con sus míticas gafas protectoras y marcó 11 goles en la victoria del Rhein-Neckar Lowen frente al Göppingen.

Lo mejor estaba por llegar, en el año 2016 el Kielce llegó a la final de la Final4 de Colonia contra el Veszprém húngaro. A falta de 15 minutos los de Talant perdían de 9, pero consiguieron empatar el encuentro y forzar los 7 metros que, tras un lanzamiento de Julen Aguinagalde, completó la remontada y coronó al equipo polaco como campeón de Europa por primera vez en su historia. 

Parecía que, tras la lesión, Karol Bielecki no volvería a ser el mismo, pero no fue así. Volvió a su nivel, fue campeón de todo y dejó una lección muy importante, no rendirse nunca frente a la adversidad. Demostró que con un solo ojo se puede seguir compitiendo al máximo nivel, lo que parecería el fin para muchos para Bielecki fue una motivación. Un día se despertó sin un ojo y, a los 6 años, reinó en Europa.